lunes, 27 de agosto de 2012

La carta.

¿Qué tal, pequeños saltamontes? RM me ha pedido que ponga una carta que salía en una revista en el blog. Lo cierto es que es muy bonita y transmite mucho mensaje. ¡Un beso!

Soy funcionario mileurista: cartero. Volvía del reparto un día muy caluroso. Con síntomas de insolación, me estallaba la cabeza y me encontraba desanimado por la pérdida de la paga de Navidad. "Cuatro de familia", pensé. En estas, vi a una pareja con dos chiquillos, un bebé que lloraba en un carrito y un niño de unos cinco años que se esforzaba por calmarlo, haciéndole muecas y carantoñas hasta que lo hizo sonreír. El niño mayor, pálido, de aspecto extremadamente frágil y sin un solo cabello en la cabeza, presentaba claramente las secuelas de la quimioterapia. Al pasar a su lado me hizo sentir mucho más pequeño que él y me avergoncé de mis pensamientos. Qué lección de amor, de espontánea generosidad. Él no pensó que su padre o su madre, con mucha más vitalidad que él, tenían más o menos obligación de calmar al pequeño. Hizo lo que le dictó el corazón y de esa forma manifestó la verdadera expresión de la justicia: el amor. Quizá no sean el enojo y la protesta las mejores maneras de cambiar el mundo, y quizá nuestra paga extra de Navidad sirva para dar ejemplo a una sociedad materialista cuyos iconos se derrumban día a día.

José Carlos Martín Barcelona. (Zaragoza)

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